21 de septiembre — San Mateo, apóstol y evangelista
“Al
pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los
impuestos, y le dijo: ‘Sígueme’. Él se levantó y lo siguió”
(Mt 9,9).
Fiesta de San Mateo, apóstol y evangelista.
La llamada de Mateo nos recuerda que nadie está excluido de la misericordia de
Dios: Jesús mira con amor, llama y transforma la vida.
San Beda el Venerable (sobre la conversión de Mateo): “Vio, amó y lo
eligió.”
Lectio – Leer la Palabra
Jesús se acerca a un recaudador de impuestos, alguien despreciado por su pueblo, y le dirige una palabra simple y poderosa: “Sígueme.” Ante esa invitación, Mateo deja su mesa y lo sigue. La Palabra de Jesús no sólo llama: también da la fuerza para responder.
Meditatio – Meditar la Palabra
¿Cuál es el “mostrador” del que me llama hoy el Señor a levantarme? Tal vez son mis comodidades, mis miedos, mis apegos o mis pecados. Mateo nos enseña que, cuando uno se encuentra con la mirada de Cristo, puede dejarlo todo para iniciar una vida nueva. El seguimiento de Jesús es gracia que transforma lo ordinario en misión.
Oratio – Orar con la Palabra
Señor
Jesús,
como llamaste a Mateo,
llámame hoy a mí con tu mirada de amor.
Dame prontitud de corazón para dejar lo que me ata
y seguirte con libertad y confianza.
Contemplatio – Guardar en el corazón
En silencio contemplo a Jesús que me dice: “Sígueme.” Esa palabra resuena en lo profundo de mi alma como invitación constante a caminar con Él.
Actio – Poner en práctica la Palabra
Jaculatoria de San Beda sobre Mateo
“Vio, amó y lo eligió.”
Que la fiesta de San Mateo nos recuerde que Dios no llama a los perfectos, sino que perfecciona a los llamados, transformando nuestras vidas con su misericordia.
Página web desarrollada con el sistema de Ecclesiared