17 de septiembre — San Roberto Belarmino “Estén siempre dispuestos a dar razón de su esperanza” (1 Pe 3,15)

17 de septiembre — San Roberto Belarmino

“Estén siempre dispuestos a dar razón de su esperanza” (1 Pe 3,15)
Memoria de San Roberto Belarmino, obispo y doctor de la Iglesia.
La fe no es ciega: pide ser conocida, comprendida y explicada con humildad y valentía.
Oración inspirada en San Roberto Belarmino: “Señor, que te ame con todo mi corazón, con toda mi mente y con toda mi fuerza.”

Lectio – Leer la Palabra

El apóstol Pedro invita a los cristianos a estar siempre dispuestos a dar razón de su esperanza. La fe no es un sentimiento pasajero, sino una certeza que puede y debe ser anunciada y explicada con respeto y claridad.

Meditatio – Meditar la Palabra

¿Sé explicar mi esperanza en Cristo? Muchas veces callamos por miedo o por falta de formación. San Roberto Belarmino, gran teólogo y pastor, dedicó su vida a defender la fe católica frente a los errores de su tiempo, enseñando que la inteligencia y la fe no se oponen, sino que se enriquecen mutuamente.

Oratio – Orar con la Palabra

Señor Jesús,
ilumina mi mente para comprender tu Palabra
y fortalece mi corazón para testimoniarla.
Haz que mi fe no sea muda ni temerosa,
sino que se convierta en anuncio humilde y confiado
de la esperanza que Tú has puesto en mí.

Contemplatio – Guardar en el corazón

Hoy contemplo en silencio la palabra “esperanza”. No es ilusión ni deseo vacío, es Cristo vivo en mí. Esa es la razón que debo saber dar con alegría a quienes me pregunten por la fe.

Actio – Poner en práctica la Palabra

• Prepararé un breve testimonio personal sobre lo que significa para mí la esperanza en Cristo.
• Dedicaré tiempo a la formación cristiana, leyendo un texto del Catecismo o de un santo doctor de la Iglesia.
• Buscaré una ocasión para compartir mi fe de manera sencilla y cercana.

Jaculatoria inspirada en San Roberto Belarmino

“Señor, que te ame con todo mi corazón, con toda mi mente y con toda mi fuerza.”

Que San Roberto Belarmino nos enseñe a vivir una fe inteligente y razonada, capaz de anunciar con amor y claridad la esperanza que viene de Cristo.

Pbro. Alfredo Uzcátegui.