12 de septiembre — Dulce Nombre de María
“El
Poderoso ha hecho obras grandes por mí” (Lc 1,49)
Memoria del Dulce Nombre de María.
El nombre de María es refugio seguro, invocación de amor y confianza que nos
recuerda las maravillas realizadas por Dios en la humildad de su sierva.
San Bernardo: “Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído
decir que ninguno que haya acudido a tu protección haya sido desamparado.”
(Memorare).
Lectio – Leer la Palabra
María proclama en su cántico que Dios, el Poderoso, ha hecho en ella grandes obras. Su nombre, bendito y dulce en labios de los cristianos, nos recuerda que toda su vida es reflejo de la acción de Dios. Al pronunciar su nombre, recordamos que el Señor es fiel y obra maravillas también en nosotros.
Meditatio – Meditar la Palabra
¿Reconozco yo las maravillas de Dios en mi vida? El nombre de María me invita a abrir los ojos y descubrir las huellas de la misericordia divina en mi historia personal. Ella, llena de gracia, es signo de esperanza: lo que Dios hizo en ella puede hacerlo también en nosotros si nos dejamos guiar por su Palabra.
Oratio – Orar con la Palabra
Dulce
Nombre de María,
llévame siempre a Jesús.
Que tu nombre sea en mis labios oración,
en mi corazón confianza
y en mi vida camino seguro hacia tu Hijo.
Contemplatio – Guardar en el corazón
Hoy repito en silencio las palabras: “Grandes obras…”. Así como María contempló con gratitud lo que Dios hizo en ella, quiero aprender a mirar mi vida con la misma actitud agradecida y confiada.
Actio – Poner en práctica la Palabra
Jaculatoria de San Bernardo
“Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno que haya acudido a tu protección haya sido desamparado.” (Memorare).
Que el Dulce Nombre de María sea siempre en nuestra boca palabra de amor y esperanza, y en nuestro corazón camino seguro que nos conduce a Cristo.
Pbro. Alfredo Uzcátegui.
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