Estos son los santos que han recibido la bendición del Señor, y la gracia de Dios, su Salvador; ellos son los que buscan al Señor. Sal 23,5-6
Memoria de San Pío de Pietrelcina, Presbítero
Hoy celebramos la Memoria obligatoria de San Pío de Pietrelcina, más conocido como Padre Pío, un hombre de fe que dejó una huella indeleble en la vida espiritual de la Iglesia. Nació el 25 de mayo de 1887 en Pietrelcina, Italia, y desde una temprana edad manifestó una intensa vida espiritual. Fue ordenado sacerdote en 1910 y su vida estuvo marcada por experiencias místicas, entre ellas los estigmas, las llagas visibles de la Pasión de Cristo, que llevó en su cuerpo durante más de 50 años. Murió el 23 de septiembre de 1968, dejando un legado de profunda devoción a la Eucaristía, la confesión y el **sufrimiento redentor.
El legado de San Pío para la Iglesia es un ejemplo vivo de la imitación de Jesucristo. Él nos enseña que la vida cristiana debe estar centrada en la oración, la penitencia y la confianza total en Dios, recordándonos que el sufrimiento ofrecido con amor tiene un valor redentor.
En el contexto de la Memoria de San Pío, las lecturas del día nos ofrecen importantes enseñanzas para vivir nuestra fe.
Proverbios 3, 27-34
En este pasaje, el sabio nos insta a no negar el bien a quien se le debe. Nos enseña que debemos actuar con justicia y generosidad, no postergando el bien que podemos hacer hoy. La rectitud en nuestras relaciones con los demás es esencial para vivir según la sabiduría de Dios. Dios se opone a los soberbios, pero concede su gracia a los humildes. Esta es una lección que también se refleja en la vida de San Pío, quien vivió con humildad y siempre buscó hacer el bien a quienes acudían a él.
Salmo 14 (15)
El salmo pregunta: "¿Quién será grato a tus ojos, Señor?". La respuesta es clara: El que actúa con rectitud y practica la justicia, el que no ofende con su lengua ni acepta soborno. Este salmo nos invita a revisar nuestra propia vida a la luz de las virtudes que agradan a Dios, tales como la honestidad, la integridad y el respeto por los demás.
Evangelio según San Lucas 8, 16-18
En el Evangelio, Jesús nos recuerda que nadie enciende una lámpara para cubrirla con un cajón, sino que la pone en alto para que ilumine. Esto es una invitación a vivir nuestra fe de manera visible, a ser luz para los demás. También nos advierte sobre cómo escuchamos la palabra de Dios: "Al que tiene, se le dará más; pero al que no tiene, aun lo que cree tener se le quitará". Este llamado a la vigilancia espiritual nos insta a cuidar nuestra relación con Dios y a no ser indiferentes ante su palabra.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que la vida en Cristo requiere que el cristiano viva de acuerdo con la ley moral y las enseñanzas de Jesús (CIC 1696). Las lecturas de hoy nos invitan a vivir el mandamiento del amor al prójimo, actuando con justicia y compasión hacia los demás, tal como lo hizo Padre Pío en su ministerio. Además, San Pío, con su ejemplo de vida, nos recuerda que ser luz significa vivir con autenticidad nuestra fe, en todo momento y circunstancia.
La verdadera sabiduría no reside en guardar lo que sabemos o lo que tenemos, sino en compartir el bien con los demás y ser luz para el mundo.
Siente la humildad de San Pío de Pietrelcina, quien, a pesar de sufrir en su propio cuerpo, ofrecía consuelo a todos aquellos que buscaban el perdón de Dios a través de la confesión y la oración.
Imitemos a San Pío practicando la caridad activa en nuestras vidas: no postergues el bien que puedes hacer hoy. Identifica una persona o una situación en la que puedas hacer una diferencia, ya sea con un gesto de ayuda, una palabra de aliento o simplemente un acto de amabilidad. Así seremos verdaderas luces en el mundo, como nos pide Cristo.
En este día en que recordamos a San Pío de Pietrelcina, se nos invita a imitar su entrega total a Cristo. Sus obras de misericordia, tanto espirituales como corporales, son un recordatorio de que la santidad se construye en el servicio y la humildad. Que su ejemplo nos inspire a vivir de acuerdo con las enseñanzas del Evangelio, buscando siempre hacer el bien sin esperar nada a cambio, confiando plenamente en la voluntad de Dios.
Que Brille la luz de ustedes ante los hombres, dice el Señor, para que viendo las obras buenas que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en los cielos. Mt 5,16
Si el Padre Pío nos hablara hoy, probablemente nos daría estos consejos, en línea con sus enseñanzas:
1. Sobre la confianza en Dios:
"Reza, ten fe y no te preocupes. La preocupación no resuelve nada, pero la oración lo cambia todo. Confía en Dios en todas las circunstancias."
2. Sobre la oración:
"La oración es el oxígeno del alma. No la abandones nunca, incluso cuando parezca difícil. La perseverancia en la oración es la clave para obtener las gracias."
3. Sobre el sufrimiento:
"Ofrece tus dolores y sufrimientos a Dios. No los veas como castigos, sino como oportunidades para unirte más a Cristo. El sufrimiento, cuando es ofrecido, tiene un valor redentor."
4. Sobre la Eucaristía:
"Vive cada Eucaristía como si fuera tu primera y última. En la Misa, encuentras todo el amor de Dios por ti. Es el centro de tu vida cristiana."
5. Sobre el amor al prójimo:
"Ama sin límites y sirve a los demás con alegría. En el servicio a los demás encontrarás la verdadera paz y la satisfacción de vivir para Dios."
6. Sobre la humildad:
"Permanece humilde y sencillo. La humildad es el fundamento de la santidad. Dios mira con agrado a los corazones humildes."
Estos consejos del Padre Pío son atemporales, recordándonos vivir con fe, oración, y amor hacia Dios y los demás en todo momento.
Se habla de ser luz a otros ser sencillos humildes muchos están dentro de la fe en pastorales pero no transmiten lo antes descrito en la Eucaristía muchos se distraen con esta actitud Dios está en su corazón todo es un proceso. Sufrimiento colocado a pies de nuestro creador es un respiro para seguir adelante.
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