Vírgen María, el Altísimo te ha bendecido más que a todas las mujeres de la tierra; porque de tal manera te ha glorificado que la humanidad no cesa de alabarte. Cf. Jdt 13, 18-19.
Memoria del Santísimo Nombre de María: Un Nombre de Protección y Amor
La Iglesia celebra la Memoria del Santísimo Nombre de María cada 12 de septiembre, recordando la dulzura, protección y poder que encierra invocar su nombre. Esta fiesta tiene su origen en la victoria de las tropas cristianas sobre el ejército otomano en la Batalla de Viena en 1683, atribuyendo el triunfo a la intercesión de la Santísima Virgen María. Instituida inicialmente por el Papa Inocencio XI, esta memoria nos invita a meditar sobre la importancia de acudir a María en nuestras necesidades, reconociendo su papel como Madre de la Iglesia y nuestra poderosa intercesora ante Dios.
Lectura de la Primera Carta de San Pablo a los Corintios (1 Corintios 8, 1-13)
En esta carta, el apóstol Pablo nos enseña sobre el amor y el conocimiento. Mientras que el conocimiento, por sí solo, puede inflar nuestro orgullo, el amor es lo que realmente edifica a los demás. Pablo exhorta a los corintios a ser conscientes de sus acciones y cómo estas pueden afectar la fe de los demás, especialmente de aquellos más débiles. En el contexto de los ídolos y los alimentos, su mensaje es claro: lo que importa no es solo tener razón, sino actuar con caridad y respeto hacia el prójimo.
La enseñanza principal que nos deja este pasaje es que el amor prevalece sobre el conocimiento**. Como cristianos, somos llamados a no solo entender las doctrinas de la fe, sino a vivirlas con amor y sensibilidad hacia los demás, siendo responsables de cómo nuestras acciones impactan a los más vulnerables.
Salmo 138 (137)
El Salmo 138 es un canto de acción de gracias que exalta la fidelidad y grandeza de Dios. El salmista expresa su confianza en el Señor, quien siempre escucha y protege a quienes lo invocan. Este salmo nos recuerda que Dios es cercano, nos guía con su poder, y su misericordia es eterna.
Al entonar este salmo, podemos meditar en cómo la Virgen María también nos acompaña y nos protege bajo su manto, guiándonos hacia su Hijo y ofreciéndonos su auxilio en nuestras dificultades.
Santo Evangelio según San Lucas (6, 27-38)
En el Evangelio de San Lucas, Jesús nos da uno de los mandamientos más desafiantes: “Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian”. Nos llama a un amor radical, un amor que no responde con violencia o venganza, sino con misericordia y compasión. Este pasaje es una invitación a imitar el amor misericordioso del Padre celestial, quien es generoso y bondadoso con todos, incluso con los ingratos y malvados.
Jesús nos insta a no juzgar ni condenar, sino a perdonar y a ser generosos. Nos propone una forma de vida centrada en la entrega, en el amor sin medida y en el perdón sincero. Este mensaje de Jesús está en plena sintonía con la vida de la Virgen María, quien, con su "sí" incondicional, nos enseña a confiar en la voluntad de Dios y a vivir en humildad y caridad.
Enseñanza a la luz del Magisterio de la Iglesia
El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) nos recuerda en el numeral 1827 que "la caridad es el vínculo de la perfección y la forma de todas las virtudes". Es decir, el amor a Dios y al prójimo es el corazón de la vida cristiana. Este mandamiento de amor es el fundamento de la moral cristiana, y su vivencia nos acerca más al Señor y nos convierte en testigos auténticos del Evangelio.
La Virgen María es un modelo perfecto de este amor incondicional. En su vida, ella vivió plenamente el mandamiento del amor, desde su "sí" a la voluntad de Dios hasta su intercesión constante por la Iglesia. Como madre, nos invita a seguir su ejemplo de servicio, humildad y total entrega a los demás, recordándonos siempre la importancia de acudir a ella en los momentos de prueba.
"Amar a los demás como Cristo nos ama requiere un corazón generoso, libre de rencor y lleno de misericordia, como el de María, nuestra Madre."
Que en nuestro corazón habite la compasión y la misericordia que Jesús nos pide, confiando siempre en el poder del amor incondicional que se nos manifiesta a través de María.
Hoy te invitamos a poner en práctica el amor radical de Jesús con una acción concreta: ofrece tu perdón a alguien que te haya ofendido o reconcíliate con una persona con quien hayas tenido diferencias. Invoca el nombre de María antes de hacerlo, pidiéndole su intercesión para que, como ella, puedas actuar con humildad y amor. Asimismo, reza el Rosario en su honor, meditando en los misterios de la vida de Cristo y su Madre, para que el Espíritu Santo te inspire a seguir sus enseñanzas cada día.
Con el ejemplo de María, aprendemos que, en la sencillez y la humildad, podemos encontrar el camino hacia una vida plena en Dios. Que al invocar su nombre, sintamos siempre su maternal protección y su amoroso amparo.
Si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. 1Jn 4,12
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