18
SEP
2024

El Amor: El Camino Más Elevado hacia Dios en la Humildad de San José de Cupertino

El Amor: El Camino Más Elevado hacia Dios en la Humildad de San José de Cupertino


Honrarás a tu padre y a tu madre es un mandamiento muy importante que lleva consigo esta promesa: te irá bien y vivirás largo tiempo en la tierra. Ef 6, 2-3.


En la conmemoración de San José de Cupertino, patrono de los estudiantes y de aquellos que enfrentan desafíos en los estudios, reflexionamos sobre las lecturas del día, que nos invitan a profundizar en el amor y la sabiduría que provienen de Dios. Hoy meditamos sobre el pasaje de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios (12,31-13,13), el Salmo 32 (33), y el Evangelio según San Lucas (7,31-35)


Primera Carta a los Corintios 12,31-13,13: El Camino del Amor


San Pablo, escribiendo a la comunidad de Corinto, ofrece una enseñanza esencial sobre los dones espirituales, pero concluye que el mayor de todos es el amor. Nos exhorta a buscar los carismas superiores, y acto seguido presenta el famoso “Himno al amor”. Pablo enseña que cualquier don o acción, por más grandioso que parezca, es vacío sin amor: “Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como bronce que resuena o címbalo que retiñe” (1 Cor 13,1).


Este pasaje resalta el amor como la virtud más elevada y duradera, superior a la fe y a la esperanza. El amor verdadero, que todo lo sufre, lo cree, lo espera y lo soporta, es el camino perfecto hacia Dios. A la luz del Magisterio de la Iglesia, se subraya que este amor no es un sentimiento superficial, sino una participación en el amor divino, un amor que debe manifestarse en nuestras relaciones cotidianas, en nuestras comunidades y en el servicio a los demás (cf. Deus Caritas Est, Benedicto XVI).


Salmo 32 (33): La Fidelidad del Señor


El Salmo 32 es un canto de alabanza a la fidelidad de Dios. Nos recuerda que la tierra está llena del amor del Señor y que su palabra es recta. “El amor del Señor llena la tierra, la palabra del Señor hizo los cielos” (Sal 32,5-6). Este salmo nos invita a confiar en la bondad y el poder de Dios, quien siempre cuida de nosotros y cumple sus promesas. Es un recordatorio de que la fidelidad divina es inquebrantable, y que su amor nos acompaña en todo momento.


Evangelio según San Lucas 7,31-35: La Sabiduría de Dios


En el Evangelio de Lucas, Jesús critica a la generación de su tiempo por su falta de receptividad, comparándolos con niños caprichosos que no quieren ni lamentarse ni alegrarse, haciendo referencia a Juan el Bautista y a su propio ministerio. A través de esta comparación, Jesús señala la terquedad de aquellos que rechazan tanto a Juan como a Él mismo, mostrando que, aunque la sabiduría de Dios puede parecer contradictoria a los ojos del mundo, es siempre coherente y justa.


El Magisterio de la Iglesia ilumina este pasaje como una advertencia contra el juicio superficial y la rigidez del corazón. Dios nos habla a través de diferentes personas y circunstancias, y es esencial tener un corazón abierto para reconocer su presencia en nuestra vida diaria. Como enseña el Concilio Vaticano II, debemos discernir los signos de los tiempos y responder con fe y amor (cf. Gaudium et Spes, 4).


San José de Cupertino: Un Testimonio de Humildad y Fe


San José de Cupertino, conocido por sus dones extraordinarios, como el don de la levitación, es un ejemplo de humildad y confianza en la providencia divina. Aunque enfrentó grandes dificultades en su vida, especialmente en su formación académica, su sencillez y devoción lo llevaron a una profunda unión con Dios.


A la luz de las lecturas del día, San José de Cupertino nos enseña que el amor y la humildad son los verdaderos caminos hacia la santidad. Al igual que San Pablo en su carta a los Corintios, nos recuerda que la grandeza no radica en los dones extraordinarios, sino en la caridad que surge de un corazón humilde.


“El amor es la única medida de nuestras acciones. Sin amor, todos los dones y logros carecen de sentido.”


Agradecimiento por el amor incondicional de Dios, que se nos manifiesta en cada gesto de caridad que ofrecemos a los demás.


Hoy, busca una oportunidad concreta para practicar el amor en tu vida diaria. Ya sea en tu familia, en tu trabajo, o en tu comunidad, haz un acto de caridad que sea desinteresado, sin esperar nada a cambio. Al imitar a San José de Cupertino en su humildad, y a San Pablo en su enseñanza sobre el amor, vivamos el mandato de amar como Dios nos ama.


La celebración de San José de Cupertino, un hombre de fe profunda y humildad extrema, junto con las lecturas de hoy, nos invitan a reflexionar sobre el poder transformador del amor y la sabiduría de Dios. Abramos nuestros corazones al amor verdadero, que nos guía hacia la santidad y nos permite reconocer la presencia de Dios en cada persona y situación. Sigamos el ejemplo de San José de Cupertino, quien, a pesar de sus limitaciones, encontró en la humildad y el amor la verdadera grandeza.

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tí tienes palabras de vida eterna. Jn 6,63.68


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