15
JUN
2025

Un mensaje al corazón de los padres



Solemnidad de la Santísima Trinidad y Día del Padre
Un mensaje al corazón de los padres

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:

Hoy, en este domingo especial, la Iglesia celebra con gozo la Solemnidad de la Santísima Trinidad, misterio central de nuestra fe, y al mismo tiempo rinde homenaje a los padres de familia en su día. No es casualidad que ambas celebraciones coincidan: Dios, Uno y Trino, comunión perfecta de amor entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, es también modelo de toda relación humana, especialmente de la vocación de ser padre.

La Trinidad: escuela de amor y comunión

La Santísima Trinidad no es una idea abstracta, sino el rostro mismo de Dios revelado en Jesucristo. El Padre que engendra al Hijo, el Hijo que se entrega por amor, el Espíritu Santo que une y vivifica: tres personas, un solo Dios. Este misterio nos enseña que el amor verdadero es siempre relacional, generoso y abierto al otro.

Así también la vocación del padre de familia: está llamado a reflejar el rostro del Padre eterno en medio de su hogar, a vivir su paternidad no como un título, sino como una misión de amor, sacrificio y entrega diaria.

Queridos padres de familia: un mensaje para ustedes

Hoy la Iglesia les abraza, les agradece y les anima. Ser padre hoy no es fácil. Muchas veces cargan con silencios, con presiones, con la responsabilidad de sostener a la familia y dar ejemplo. No están solos. Dios Padre camina con ustedes, los sostiene en la oración, los ilumina en la Eucaristía y les da fuerza a través del Espíritu.

Ser padre no es solo engendrar vida, sino también:

  • Transmitir valores con constancia
  • Enseñar con el ejemplo más que con las palabras
  • Corregir con ternura, sin herir
  • Acompañar con firmeza, sin imponerse
  • Ser refugio, protector y guía
  • Representar con su vida el amor fiel y paciente de Dios

En un mundo que muchas veces relativiza la figura paterna o la ve como accesorio, la Iglesia proclama con firmeza el valor y la dignidad de los padres. Porque cuando un padre es fuerte en la fe, su hogar tiene cimientos sólidos. Cuando un padre reza, su familia aprende a confiar. Cuando un padre perdona, sus hijos conocen la misericordia.

San José: modelo de padre y servidor

Hoy también miramos a San José, padre putativo de Jesús (es decir, considerado como padre, aunque no lo fue biológicamente). Él no pronunció discursos, pero su vida fue una catequesis silenciosa de fidelidad, obediencia y amor. Fue protector de María y de Jesús, trabajador justo, hombre de oración. En él, todo padre puede encontrar inspiración y consuelo.

Un compromiso para el Año Santo Jubilar

En este Año Santo Jubilar 2025, los padres están llamados a redescubrir su vocación a la luz de la fe. Que este tiempo de gracia sea una oportunidad para renovar la oración familiar, fortalecer el vínculo con los hijos, reconciliarse con Dios y con los seres queridos, y volver a poner a Cristo en el centro del hogar.

Queridos padres, que el Dios Uno y Trino los bendiga, que el Padre eterno les enseñe a amar sin medida, que el Hijo les inspire a servir con entrega, y que el Espíritu Santo les fortalezca en su camino.

Gracias por ser presencia viva de Dios en sus hogares.
La Iglesia camina con ustedes. ¡Feliz día del Padre!

 

Oración por los padres vivos y difuntos en el Día del Padre

Dios eterno y todopoderoso,
Fuente de todo amor verdadero,
te alabamos y bendecimos en este día
en que celebramos la Solemnidad de tu Misterio Trinitario,
y rendimos homenaje a todos los padres, vivos y difuntos.

Tú, Padre celestial, que creaste el corazón humano
para amar, proteger y guiar,
mira con bondad a los padres que aún peregrinan en esta vida.
Dales fuerza en sus luchas diarias,
sabiduría para educar con ternura,
paciencia para corregir con amor
y fe firme para sostener a sus familias
en medio de los desafíos del mundo.

Bendice a los padres trabajadores,
a los que oran en silencio,
a los que sufren por la distancia, el desempleo o la enfermedad,
a los que son padres espirituales o ejercen esta vocación
con generosidad y entrega.

Te encomendamos también, Señor, con profundo amor y gratitud,
a todos los padres que ya han partido a tu encuentro.
Recíbelos en tu Reino de luz y paz.
Perdona sus faltas,
y haz brillar para ellos el gozo eterno prometido a tus hijos fieles.
Que, desde el cielo, intercedan por sus familias
y sigan siendo presencia espiritual en la vida de sus seres queridos.

Señor, que tu Espíritu Santo consuele a quienes hoy lloran a sus padres ausentes,
y fortalezca a quienes llevan sobre sus hombros
el hermoso y exigente don de la paternidad.

Que San José, padre putativo de Jesús y custodio de la Sagrada Familia,
sea modelo y guía para todos los padres del mundo,
y que la Santísima Trinidad —Padre, Hijo y Espíritu Santo—
sea el ejemplo perfecto de comunión, entrega y amor
en cada hogar cristiano.

Amén.


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