Transformación y Gloria: Una Promesa de Futuro en la Segunda Semana de Cuaresma

Transformación y Gloria: Una Promesa de Futuro en la Segunda Semana de Cuaresma

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

En este Domingo de la segunda semana de Cuaresma, nos reunimos para profundizar en el misterio de la transformación que Dios obra en aquellos que se confían a Él. Las lecturas de hoy nos invitan a contemplar la promesa divina y la glorificación que Jesús ofrece a sus discípulos, guiándonos hacia una esperanza viva y un futuro transformador en el marco del Año Santo Jubilar.

Génesis 15,5-12.17-18: La Promesa a Abraham La primera lectura nos lleva al corazón de la fe de Abraham, el padre de todos los creyentes. Dios lleva a Abraham fuera y le dice: "Mira al cielo y cuenta las estrellas, si puedes". Esta es una promesa de descendencia innumerable y de una tierra propia, un pacto que se sella con un rito solemne. Esta narración no solo habla del pasado, sino que nos recuerda que la fidelidad de Dios a sus promesas es eterna y que su plan para nosotros es siempre de expansión y bendición.

Salmo 26: Confianza Inquebrantable en Dios El Salmo 26, "El Señor es mi luz y mi salvación", es un canto de confianza y esperanza. En medio de las adversidades, el salmista proclama su fe inquebrantable en la protección y la guía de Dios. Este salmo nos anima a mantener nuestros corazones levantados hacia Dios, especialmente cuando los caminos parecen oscuros y las dificultades se ciernen sobre nosotros.

Filipenses 3,17-4,1: Ciudadanos del Cielo San Pablo, en su carta a los Filipenses, nos exhorta a seguir su ejemplo y a observar a aquellos que viven conforme al modelo que hemos recibido en Cristo. Pablo nos recuerda que "nuestra ciudadanía está en los cielos", fortaleciendo la esperanza de que seremos transformados y conformados al cuerpo glorioso de Cristo. Este mensaje es esencial durante la Cuaresma, ya que nos centramos en la transformación espiritual y en la preparación para la resurrección.

Lucas 9,28b-36: La Transfiguración El Evangelio de San Lucas nos relata el evento de la Transfiguración de Jesús, un momento en el que Pedro, Santiago y Juan ven a Jesús en su gloria divina. Este acontecimiento no solo prefigura la resurrección de Cristo, sino que también es una promesa de lo que Dios desea para cada uno de nosotros: una transformación completa por medio de su gracia.

Viviendo el Año Santo Jubilar Este año, al celebrar el Año Santo Jubilar, somos llamados a recordar y vivir la realidad de que somos peregrinos en este mundo, avanzando hacia la ciudad celestial. La Cuaresma, en particular, es un tiempo para redescubrir el camino hacia nuestra verdadera patria, donde Cristo nos espera con los brazos abiertos, ofreciéndonos una transformación que nos prepara para compartir en su gloria eterna.

En conclusión, que las lecturas de este domingo nos inspiren a mirar hacia el cielo, no solo para contar estrellas, sino para recordar las promesas de Dios y nuestra llamada a una vida transformada. Que esta Cuaresma sea un tiempo de profunda renovación espiritual, donde cada uno de nosotros pueda experimentar un adelanto de la gloria que se nos ha prometido en Cristo.

Que la paz y la gracia de nuestro Señor Jesucristo estén con cada uno de ustedes en este camino hacia la Pascua.

En Cristo,

Padre Alfredo Uzcátegui. (Vicario parroquial)