En la carta de san Pablo a los Romanos 10, 7. San Pablo nos recuerda que invocar el nombre del Señor es fundamental para nuestra fe. Este acto de reconocimiento y sumisión nos conecta con la gracia divina. Teológicamente, enfatiza nuestra dependencia de Dios para la salvación. Pastoralmente, nos impulsa a animar a otros a buscar a Cristo con sinceridad, recordándoles que en su nombre hallarán esperanza y vida eterna, un mensaje vital para compartir en el mes de la Biblia y en todo momento."
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