La segunda carta de Pedro 1,21 es fundamental para nuestra fe católica.
Nos enseña que las Escrituras no son simples creaciones humanas, sino que fueron inspiradas por el Espíritu Santo. Esto resalta la autoridad y la confiabilidad de la Biblia en nuestra tradición.
Teológicamente, nos recuerda que la Palabra de Dios es una guía infalible.
Pastoralmente, debemos nutrirnos de ella y compartirla con amor y humildad, guiando a nuestra comunidad hacia un encuentro más profundo con Cristo, la Palabra encarnada.
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