Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey, que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.
Santa Prisca: Testimonio de Fe y Esperanza en el Tiempo Ordinario
18 de enero de 2025 | Sábado del Tiempo Ordinario
Hoy celebramos la memoria de Santa Prisca, una joven mártir que entregó su vida por Cristo en los primeros siglos del cristianismo. Su ejemplo nos invita a reflexionar sobre nuestra fe, sobre cómo vivimos el Evangelio en nuestra cotidianidad, y a renovar nuestra esperanza en medio de los desafíos del mundo actual. En este contexto, la liturgia de hoy nos presenta un mensaje de aliento, centrado en la fuerza de la Palabra de Dios, la misericordia de Cristo, y nuestra misión de caminar en este Jubileo del año 2025.
Lectura de la Carta a los Hebreos 4,12-16
La primera lectura nos recuerda que "la Palabra de Dios es viva, eficaz y más cortante que una espada de doble filo". Este pasaje subraya el poder transformador de la Palabra divina, capaz de penetrar lo más profundo de nuestro ser, discerniendo nuestras intenciones y motivaciones.
En este tiempo ordinario, se nos invita a abrir el corazón a la Palabra, dejándonos moldear por ella. El Jubileo 2025, con el tema "Peregrinos de la esperanza", es una ocasión propicia para profundizar en la Sagrada Escritura, pues en ella encontramos las respuestas a nuestras inquietudes y la luz que guía nuestro caminar.
Reflexión:
¿Permitimos que la Palabra de Dios transforme nuestras vidas? ¿La leemos con
frecuencia, meditando en su mensaje y aplicándolo en nuestras decisiones? El
Jubileo nos llama a ser testigos de una fe viva, sostenida por la Palabra que
da vida eterna.
Salmo 18: "Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna"
El salmista proclama con gozo que las palabras del Señor son espíritu y vida. En un mundo lleno de ruido y distracciones, el salmo nos invita a buscar el silencio interior para escuchar la voz de Dios.
Para vivir el Jubileo:
Evangelio según San Marcos 2,13-17
En el Evangelio, Jesús llama a Leví (Mateo), un publicano, a seguirlo. Este llamado, dirigido a un hombre considerado pecador por su entorno, revela la inmensa misericordia de Cristo. Jesús no ve el pasado de Leví, sino su potencial para convertirse en discípulo.
Al ser cuestionado por compartir la mesa con pecadores, Jesús responde: "No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores". Esta afirmación es un recordatorio de que todos somos objeto de la misericordia divina, independientemente de nuestras caídas.
Hoy, Jesús sigue llamándonos a levantarnos de nuestras miserias y a caminar junto a Él. Nadie está excluido de su amor. El Jubileo nos invita a experimentar la misericordia de Dios de manera concreta, especialmente a través del sacramento de la reconciliación, donde encontramos el abrazo del Padre que nos restaura y renueva.
Para Vivir el Jubileo
Un Llamado a la Esperanza
En este día, inspirados por Santa Prisca y la liturgia, se nos invita a renovar nuestra confianza en el poder de la Palabra de Dios, a dejarnos abrazar por la misericordia de Cristo y a vivir con alegría nuestra fe en el camino hacia el Jubileo.
Que Santa Prisca interceda por nosotros para que, como ella, tengamos la valentía de ser testigos del Evangelio, especialmente en los momentos de prueba. Y que al celebrar este año jubilar, nos convirtamos en verdaderos peregrinos de esperanza, llevando la luz de Cristo a todos los rincones del mundo.
Oración Final:
Señor, que tu Palabra sea la lámpara que ilumine nuestro camino. Ayúdanos a
responder con generosidad a tu llamado, como Leví, y a vivir con alegría el don
de la fe. Por intercesión de Santa Prisca, danos la fortaleza para ser testigos
de tu amor y misericordia. Amén.
El Señor me ha enviado para anunciar a los pobres la Buena Nueva y proclamar la liberación a los cautivos. Lc 4,18
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