Dichoso el que cumple la voluntad del Señor (Salmo 118)

Parroquia de Santa Ana y San Joaquín – lunes 5 de mayo de 2025
Tercera Semana de Pascua – Memoria de San José Benito Cottolengo

“Dichoso el que cumple la voluntad del Señor” (Salmo 118)

La liturgia de hoy nos ofrece una profunda enseñanza sobre la fidelidad a la verdad, el valor de las obras que permanecen para la vida eterna y el camino de esperanza que se nos abre en este Año Santo Jubilar 2025, año de gracia y reconciliación.

Palabra Viva para el Camino

Primera Lectura – Hechos 6,8-15:
Esteban, uno de los siete primeros diáconos, se nos presenta “lleno de gracia y poder”, realizando prodigios y signos en el pueblo. Su testimonio provoca rechazo, mentiras y persecución, pero también nos recuerda que quien se abandona en el Espíritu Santo puede enfrentar cualquier adversidad con rostro sereno y palabra luminosa. ¡La verdad no necesita gritar para vencer, basta que brille con coherencia!

Salmo 118:
Hoy respondemos con fe: “Dichoso el que cumple la voluntad del Señor”. Esta frase se convierte en lema para este lunes pascual y para nuestro caminar jubilar: vivir buscando la voluntad de Dios, en lo pequeño y en lo grande, en lo cotidiano y en lo extraordinario.

Evangelio según San Juan 6,22-29:
La multitud busca a Jesús porque ha comido pan hasta saciarse. Pero el Maestro les invita a mirar más allá del pan material: “Trabajen, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna”.
Este pasaje introduce el gran discurso del Pan de Vida. Jesús nos orienta a buscar primero lo eterno, no lo efímero. En este Año Jubilar, se nos llama a renovar la fe en la Eucaristía, a profundizar el deseo de comunión con Cristo, verdadero Pan que da vida al mundo.

Testigo de Misericordia: San José Benito Cottolengo

Hoy recordamos a San José Benito Cottolengo (1786–1842), presbítero italiano, fundador de la Pequeña Casa de la Divina Providencia en Turín. Fue un auténtico apóstol de la misericordia que, iluminado por la caridad evangélica, entregó su vida al servicio de los enfermos, pobres y marginados.
Su obra fue una respuesta concreta al hambre de dignidad y consuelo de muchos excluidos de la sociedad. Fue pionero de una pastoral sanitaria y social inspirada totalmente en la fe.

Frases significativas de San José Benito Cottolengo:

• “La caridad no dice nunca: basta.”
• “Hagan el bien y háganlo bien.”
• “Nosotros somos los instrumentos de la Divina Providencia; ella es quien obra.”

Datos destacados:

• Nació en Bra, Italia, el 3 de mayo de 1786.
• Fue canonizado por el Papa Pío XI en 1934.
• Su fiesta se celebra cada 30 de abril, pero en algunos calendarios locales se recuerda el 5 de mayo.
• Su espiritualidad se basa en la fe total en la Providencia y la acción concreta por los más necesitados.

Año Santo Jubilar 2025 – Vivir de lo eterno

En este Año Jubilar, en el que somos llamados a ser peregrinos de esperanza, las lecturas y la memoria del santo de hoy nos invitan a:

1. Renovar nuestra hambre de Dios, no solo de “pan”, sino del Pan que es Cristo.
2. Dar testimonio valiente de la verdad, como Esteban, con palabras y obras.
3. Servir a los hermanos más pobres y excluidos, como lo hizo San Cottolengo, sabiendo que cada obra de misericordia es un puente hacia el Cielo.
4. Valorar la Eucaristía como centro de nuestra vida, alimento que nos transforma para hacer el bien.

Un pensamiento para el corazón

“La Eucaristía no es solo un alimento espiritual, es también el impulso que nos lanza a servir con alegría, sin cálculos, sin intereses, por amor.”
— Papa Francisco

Un propósito para hoy

Haz una obra de caridad concreta. Visita a un enfermo, ayuda a un necesitado o acompaña con una palabra de consuelo a quien se siente solo. Que tu fe se convierta en pan compartido.

Oración final

Señor Jesús, Pan de Vida,
enséñanos a trabajar por lo que no perece.
Que en este Año Santo Jubilar
crezca en nosotros la fe, el deseo de servir
y la valentía de dar testimonio de tu verdad.
Por intercesión de San José Benito Cottolengo,
haznos instrumentos de tu Providencia
en favor de los más pobres y pequeños.
Amén.