DÍA 19 – Amamos porque Él nos amó primero

DÍA 19 – Amamos porque Él nos amó primero

Palabra de Dios

“Nosotros amamos porque Él nos amó primero.”
(1 Juan 4,19)

Reflexión del día

Antes de que pudiéramos decir “te amo”, Dios ya nos amaba con un amor eterno y gratuito. Ese amor, manifestado en plenitud en el Corazón de Jesús, es la fuente y el modelo de todo amor verdadero, especialmente el amor familiar.
La familia cristiana está llamada a ser reflejo de ese amor primero: no basado en méritos ni exigencias, sino en la entrega libre, la acogida sincera y el perdón constante.

Como enseña Amoris Laetitia, “toda familia debe ser escuela de amor gratuito” (n. 323). En ella se aprende a dar gracias, a valorar los detalles, a reconocer los dones de los demás. Y también se aprende a sanar las heridas que, aunque duelen, no tienen la última palabra cuando reina el amor de Cristo.

Hoy recordamos que amar es responder a un amor más grande, el de Aquel que nos amó primero. Que este amor sea la raíz profunda de nuestros hogares.

Oración del día

Señor Jesús, que nunca olvidemos que tú nos amaste primero. Enséñanos a amar como tú: gratuitamente, con ternura y fidelidad. Que en nuestras familias florezca la gratitud, la alegría del servicio y la paz que nace del perdón. Amén.

Frase para meditar

“Toda familia debe ser escuela de amor gratuito.”
– Amoris Laetitia, n. 323

Profundiza tu fe

• Annum Sacrum, n. 11 (León XIII): “Del Corazón de Cristo brota un amor que se comunica a las almas, las transforma y las hace capaces de amar a Dios y al prójimo con pureza de intención.”
• Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1605: “El amor conyugal, que Dios ha bendecido desde el principio, está llamado a reflejar el amor gratuito, fiel y fecundo con el que Él ama a su pueblo.”

Compromiso familiar del día

Hoy, expresen en familia gestos concretos de gratitud: una palabra amable, una nota escrita, un abrazo, una ayuda inesperada. Dar gracias es reconocer el amor recibido y multiplicarlo.

Intención del día

Oremos por las familias que necesitan sanar heridas del pasado:
Que el amor de Cristo, que todo lo renueva, penetre en sus corazones, disuelva resentimientos y abra caminos de reconciliación. Que el Sagrado Corazón de Jesús sea bálsamo de paz en sus historias.