Día 13 – La vida eterna

Día 13 – La vida eterna

Palabra de Dios:
“Y esta es la promesa que Él nos hizo: la vida eterna” (1 Jn 2,25).

Catecismo de la Iglesia Católica (CIC 1020):
“El cristiano que une su propia muerte a la de Jesús ve la muerte como una ida hacia Él y como una entrada en la vida eterna. Cuando la Iglesia, por última vez, ha pronunciado sobre el cristiano las palabras del perdón y lo ha marcado por última vez con una unción fortalecedora, le da como viático a Cristo en la Eucaristía, semilla de vida eterna y poder de resurrección.”

Reflexión

Creemos en la vida eterna, destino glorioso que Dios ha preparado para quienes le aman, plenitud de comunión con Él y con todos los santos. Pensar en esta promesa nos lleva a sentir esperanza y paz en medio de las incertidumbres del mundo, sabiendo que nuestra existencia no acaba aquí, y nos impulsa a actuar con fe viva, orientando nuestras decisiones hacia el cielo y caminando cada día como peregrinos de la esperanza hacia la morada eterna junto a Dios.

Pregunta para el corazón

¿Vivo con la mirada puesta en la eternidad, dejando que esa esperanza transforme mi vida presente?

Propósito del día

Rezar hoy el Credo completo con gratitud, renovando mi fe y mi confianza en la vida eterna que Dios me promete.

Al concluir este itinerario, descubrimos que el Credo no es una oración distante, sino el mapa de nuestra vida cristiana. Creer en Dios Padre, en Jesucristo su Hijo, en el Espíritu Santo y en la Iglesia es el fundamento de nuestra existencia y el motor de nuestra misión en el mundo. Cada artículo nos ha recordado que no caminamos solos: somos sostenidos por la gracia, fortalecidos por la comunidad de los santos y guiados hacia la plenitud de la vida eterna.
Recitar el Credo con conciencia renovada nos convierte en testigos de esperanza en un mundo que necesita ver la fe hecha vida. Que cada día, con la fuerza del Espíritu, podamos vivir diciendo con corazón y obras: “Creo, Señor, pero aumenta mi fe” (Mc 9,24).

Pbro. Alfredo Uzcátegui.