En el mes de Santa Ana y San Joaquín, reflexionemos sobre el Salmo 128,3: "Tu esposa será como vid que lleva fruto en la intimidad de de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo alrededor de tu mesa".
Este pasaje nos recuerda la importancia de la familia como fuente de bendición y unidad.
Sigamos el ejemplo de nuestros patronos, cultivando el amor y la armonía en nuestros hogares, para que florezcan en abundancia la paz y la felicidad.
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