En el mes de Santa Ana y San Joaquín, reflexionamos sobre el Evangelio de Marcos 10,7-8, donde Jesús enseña que el matrimonio es una unión indisoluble: "
Por eso, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer. Serán los dos una sola carne".
Esta unión sagrada es un recordatorio de la importancia de cultivar una relación basada en el amor, la fidelidad y el respeto mutuo, siguiendo el ejemplo de Santa Ana y San Joaquín en su amoroso matrimonio.
Que su intercesión nos guíe en nuestros propios matrimonios, buscando siempre vivir en armonía y unidad con nuestros cónyuges.
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