En el mes de Santa Ana y San Joaquín, nuestros patronos, reflexionamos sobre la hermosa enseñanza de 1 Corintios 13,4: "El amor es paciente y servicial; el amor no es envidioso, ni orgulloso, ni arrogante".
Siguiendo su ejemplo, recordamos que el amor auténtico se muestra en la paciencia, la humildad y el servicio desinteresado.
Que su amor nos inspire a cultivar estas virtudes en nuestras relaciones familiares y en todos los aspectos de nuestras vidas.
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