01
OCT
2025

¿Cómo ganar la indulgencia con el Santo Rosario?



¿Cómo ganar la indulgencia con el Santo Rosario?

El mes de octubre nos invita a mirar con amor filial a la Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, a través de la devoción al Santo Rosario. Esta oración sencilla y profunda es camino de contemplación de los misterios de la vida de Cristo junto a María. La Iglesia, consciente de su riqueza espiritual, ha unido a esta práctica el don de las indulgencias, que ayudan a la purificación del alma y fortalecen nuestro camino hacia la santidad.

¿Qué es una indulgencia?

El Catecismo de la Iglesia Católica enseña:
“La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados ya perdonados en cuanto a la culpa, que el fiel, debidamente dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones, consigue por mediación de la Iglesia” (CIC, 1471).

Es decir, la indulgencia no sustituye al sacramento de la Confesión, sino que complementa la gracia recibida, liberándonos de las consecuencias del pecado.

¿Quién concedió la indulgencia con el Santo Rosario?

Los Sumos Pontífices, a lo largo de la historia, han enriquecido la devoción del Santo Rosario con indulgencias. El Papa León XIII, llamado “el Papa del Rosario”, promovió especialmente esta oración en sus encíclicas y otorgó indulgencias a quienes la rezaran. Posteriormente, el Papa Pío XI y el Papa Pío XII reforzaron esta tradición.

Actualmente, la normativa vigente está recogida en el Manual de Indulgencias (Enchiridion Indulgentiarum), aprobado por el Papa San Pablo VI y confirmado por los papas posteriores, incluido San Juan Pablo II, gran promotor del Rosario.

¿Cómo obtener indulgencia plenaria con el Santo Rosario?

La Iglesia concede indulgencia plenaria a quienes recen devotamente el Rosario en determinadas condiciones:

  1. Rezar el Rosario en una iglesia, oratorio, en familia, en comunidad religiosa o en una asociación piadosa.
    • No basta rezarlo individualmente; debe hacerse en grupo o en comunidad.
  2. Recitar cinco decenas completas, sin interrupciones, meditando los misterios.
  3. Pronunciar en voz alta las oraciones, aunque de forma serena y pausada.

Además, para obtener la indulgencia plenaria, se deben cumplir las condiciones habituales:

  • Confesión sacramental (dentro de unos días antes o después).
  • Comunión eucarística.
  • Oración por las intenciones del Santo Padre (al menos un Padrenuestro y un Avemaría).
  • Exclusión de todo afecto al pecado, incluso venial.

Otros requisitos sobre el Rosario

  • No es necesario meditar todos los misterios en un solo día. Basta con los cinco correspondientes al día (gozosos, dolorosos, gloriosos o luminosos).
  • El Rosario puede ofrecerse por una intención particular, por los difuntos o por las misiones.
  • El rezo debe ser continuo y devoto, evitando la rutina o la distracción.

La indulgencia parcial con el Rosario

La Iglesia también concede indulgencia parcial cuando se reza el Rosario en privado o en cualquier lugar, con devoción sincera, aunque no se cumplan las condiciones para la plenaria. Cada Avemaría y cada decena rezada con fe es semilla de gracia y misericordia para el alma.

¿Por qué rezar el Santo Rosario?

  1. Escuela de contemplación: Al repetir las oraciones, el corazón se sumerge en los misterios de Cristo, vistos a través de los ojos de María.
  2. Arma espiritual: San Pío V atribuyó a la Virgen del Rosario la victoria de Lepanto (1571), recordando su poder contra el mal.
  3. Camino de santidad: Grandes santos como San Juan Pablo II, San Pío de Pietrelcina y Santa Teresita del Niño Jesús fueron apasionados del Rosario.
  4. Oración misionera: El Rosario nos abre a la universalidad de la Iglesia; cada Avemaría es súplica por la conversión de los corazones y por la paz del mundo.
  5. Fuente de esperanza: Rezar el Rosario es caminar con María hacia Cristo, luz del mundo, y renovar la confianza en su intercesión maternal.

El Santo Rosario es un tesoro inmenso en manos del pueblo cristiano. No solo nos regala paz y fortaleza espiritual, sino que, unido a la práctica de las indulgencias, nos ayuda a caminar con paso firme hacia la plenitud de la vida eterna.

En este mes del Rosario y de las Misiones, invoquemos a la Virgen como Estrella de la Evangelización, y recemos con confianza, sabiendo que cada Ave María es un rayo de luz que ilumina al mundo y una gracia que acerca a las almas al Corazón de Jesús.

 

 Pbro. Alfredo Uzcátegui.


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