Todos los nobles del pueblo buscan tu favor: te llevan ante el Rey con séquito de vírgenes, te siguen tus compañeras en medio de alegrías y cantos. Sal 44, 13.15.16
Nuestra Señora del Pilar: Fe y Promesas Cumplidas a la Luz de la Palabra de Dios
En la festividad de Nuestra Señora del Pilar, reflexionamos sobre la importancia de la fe en la promesa de Dios y cómo María, la primera y más fiel discípula de Cristo, es ejemplo de obediencia y entrega total a Su voluntad. A través de las lecturas de hoy, comprendemos el valor de la fe que nos une a Cristo, la herencia que recibimos como hijos de Dios, y la bendición de escuchar y poner en práctica la Palabra del Señor.
La Carta de San Pablo a los Gálatas 3, 21-29: La Fe que Nos Hace Hijos de Dios
En esta sección de su carta a los Gálatas, San Pablo enseña que la Ley no tiene el poder de otorgar vida eterna, sino que es la fe en Jesucristo la que nos justifica y nos hace hijos de Dios. La Ley fue dada para guiar y custodiar al pueblo hasta la llegada de Cristo, pero no es ella la que nos salva, sino la gracia obtenida por la muerte y resurrección de Cristo.
San Pablo subraya que la fe en Cristo rompe todas las barreras de distinción entre personas. "No hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay hombre ni mujer, porque todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús" (Gal 3,28). Esta afirmación nos muestra que en Cristo somos verdaderamente iguales, ya que compartimos una misma fe y hemos sido redimidos por el mismo Salvador. Este pasaje invita a todos los cristianos a vivir esta unidad, como hijos de Dios, libres de las ataduras de las antiguas divisiones y prejuicios.
Salmo 104: "El Señor nunca olvida sus promesas"
El Salmo 104 nos recuerda el constante cumplimiento de las promesas de Dios. A lo largo de la historia de salvación, Dios ha mantenido fielmente Su alianza con el pueblo escogido, y hoy, seguimos confiando en que Su palabra es firme. Este salmo nos invita a bendecir al Señor y reconocer que Su fidelidad es eterna.
Como comunidad de creyentes, debemos recordar siempre que Dios no olvida Sus promesas. En nuestra vida diaria, muchas veces podemos enfrentarnos a dificultades o sentirnos abandonados, pero este salmo nos reconforta: Dios está con nosotros y nunca deja de cumplir lo que ha prometido.
Evangelio según San Lucas 11, 27-28: Bienaventurados los que Escuchan la Palabra de Dios
En el Evangelio de Lucas, una mujer alaba a la madre de Jesús, pero Él responde: "Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen" (Lc 11,28). Con estas palabras, Jesús destaca que el verdadero discípulo es aquel que escucha la Palabra de Dios y la pone en práctica.
Esta enseñanza nos muestra que la grandeza de María no solo radica en haber sido la madre biológica de Jesús, sino sobre todo en su disposición a cumplir con fidelidad la voluntad de Dios. Su "sí" a la anunciación fue el acto más grande de fe y obediencia. Así, María se convierte en modelo para todos los creyentes, recordándonos que debemos acoger la Palabra de Dios en nuestro corazón y vivir conforme a ella.
La Iglesia Católica, siguiendo el Magisterio, enseña que somos justificados por la gracia de Dios a través de la fe en Jesucristo, como lo menciona San Pablo en su carta a los Gálatas. La fe no es simplemente un asentimiento intelectual, sino una adhesión total a Cristo, que se manifiesta en el amor y la acción.
El Catecismo de la Iglesia Católica (CEC 1814) explica que la fe es un don de Dios que nos permite creer en Él y en todo lo que nos ha revelado. María, en su total entrega, es el ejemplo perfecto de esa fe vivida. Como discípula perfecta, nos enseña que la verdadera grandeza está en escuchar a Dios y actuar conforme a Su Palabra.
“La fe en Jesucristo nos hace hijos de Dios y nos une como una sola familia en el amor y la misericordia de Dios. Que, como María, escuchemos Su Palabra y la pongamos en práctica con amor y fidelidad.”
Siente la paz que proviene de saber que eres hijo de Dios, amado por Él, y que tu fe en Cristo te da acceso a la gracia y al poder de la redención. María, Nuestra Señora del Pilar, nos guía con ternura hacia su Hijo, recordándonos siempre Su fidelidad y amor por nosotros.
1. Escucha y medita la Palabra de Dios diariamente: Como nos lo enseña Jesús, ser bienaventurados implica escuchar la Palabra de Dios y ponerla en práctica. Toma un momento cada día para leer un pasaje de la Biblia y reflexionar sobre cómo puedes aplicarlo en tu vida.
2. Vive la unidad en Cristo: San Pablo nos recuerda que no hay diferencias en Cristo. En tu comunidad, busca superar cualquier barrera de prejuicio o división y promueve la unidad y el amor fraternal entre todos los fieles.
3. Imita la obediencia de María: Como María, di "sí" a Dios en tu vida. Acepta Su voluntad con confianza y entrega, confiando en que Sus promesas son fieles y verdaderas.
En este día de la memoria de Nuestra Señora del Pilar, pidamos a la Virgen que interceda por nosotros para que nuestra fe crezca, y que, como ella, seamos capaces de escuchar y cumplir la voluntad de Dios, con la certeza de que Él nunca olvida Sus promesas.
Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica, dice el Señor. Lc 11,28
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