Sábado de la Semana XI del
Tiempo Ordinario – 21 de junio de 2025
"Mi gracia te basta, porque mi fuerza se manifiesta en la debilidad"
Lecturas del día:
Segunda carta de San Pablo a los Corintios 12,1-10
Salmo 33: “Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor”
Evangelio según San Mateo 6,24-34
Una enseñanza de humildad confiada
San Pablo, en la primera lectura, nos presenta una de las enseñanzas más consoladoras del Nuevo Testamento: la glorificación de la debilidad. Él, que había sido arrebatado hasta el “tercer cielo” y había recibido revelaciones místicas inefables, no se gloría de ello, sino más bien de sus “debilidades”. Su famosa espina en la carne —de la que tanto se ha debatido— no es más importante que la respuesta que recibió de Cristo: “Te basta mi gracia, porque mi fuerza se manifiesta en la debilidad”.
Aquí encontramos una clave de espiritualidad para este tiempo: no tener miedo de nuestras fragilidades, de nuestras luchas, de nuestras lágrimas. El Año Santo Jubilar 2025 nos invita a redescubrir que la gracia de Dios es suficiente, que nuestra historia no queda detenida por nuestros fracasos, sino que, justamente ahí, el Señor hace brillar su poder redentor.
“Haz la prueba y verás…”
El Salmo 33 nos regala una invitación directa y pastoral: “Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor”. En un mundo que busca certezas en medio del dolor, este salmo nos anima a experimentar a Dios en la oración, en la Eucaristía, en el servicio, en la comunidad. ¡Cuántas veces buscamos soluciones en lo material, sin antes probar la fidelidad del Señor!
En este Año de Gracia, el Jubileo es una puerta abierta para “probar” la bondad del Señor: mediante la confesión sacramental, las indulgencias jubilares, la reconciliación, el perdón y la caridad activa.
Jesús: el Señor del futuro confiado
El Evangelio según San Mateo nos lleva a una meditación profundamente liberadora: “No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propia preocupación” (Mt 6,34). Jesús nos enseña a vivir el presente con los ojos de la fe. No se trata de irresponsabilidad o evasión, sino de una confianza radical en la Providencia de Dios.
Cuántas veces las preocupaciones por el futuro —económicas, familiares, sociales— nos roban la paz. Jesús nos invita a poner primero el Reino de Dios, y todo lo demás se nos dará por añadidura. Esta es una medicina espiritual para nuestros tiempos marcados por la ansiedad y la incertidumbre.
San Luis Gonzaga: Juventud luminosa
Celebramos hoy la memoria de San Luis Gonzaga, patrono de la juventud cristiana y protector de los estudiantes. Renunció a un título nobiliario y a los placeres del mundo por seguir a Cristo en la Compañía de Jesús. Su vida, breve pero intensa, es un ejemplo de pureza, entrega y radicalidad evangélica. En medio de una pandemia, ofreció su vida cuidando enfermos, lo que lo convierte también en un patrono para los tiempos difíciles que vivimos.
A los jóvenes de nuestra parroquia, San Luis les recuerda que la santidad no está reservada para los ancianos, ni es incompatible con la alegría. Él nos muestra que el corazón joven que ama a Cristo puede cambiar el mundo.
Vivir este sábado en clave jubilar
Querida comunidad parroquial:
En este sábado de la XI Semana del Tiempo Ordinario, el Señor nos llama a
descansar en su gracia, a vivir el hoy con fe, y a mirar el futuro con
esperanza. El Jubileo es un tiempo de renacimiento espiritual, de perdón, de
vuelta a lo esencial. No lo desaprovechemos.
Propuesta jubilar para hoy:
Haz una visita al Santísimo Sacramento, y déjale ahí tus preocupaciones por el futuro.
Participa del sacramento de la Reconciliación si no lo has hecho recientemente.
Ofrece una oración y un gesto concreto de apoyo a un joven que esté discerniendo su vocación o luchando con su fe.
Anima a los estudiantes a encomendar sus estudios a San Luis Gonzaga, buscando en él un modelo de amor, disciplina y pureza.
“Te basta mi gracia”. Esas palabras de Cristo a San Pablo son también para ti hoy. En medio de tus preocupaciones, temores y luchas, la gracia de Dios no te faltará. Este Año Santo Jubilar es tiempo de confianza, tiempo de gracia, tiempo de volver a empezar.
¡Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor!
Pbro. A.J.U.M.
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