02
ABR
2025

Día 10: El acto penitencial: el camino del perdón



Día 10: El acto penitencial: el camino del perdón

“Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos y purificarnos de toda maldad”

(1 Juan 1,9)

Después del saludo litúrgico, el sacerdote invita a los fieles a reconocer sus pecados y pedir perdón. Este gesto humilde y profundo da inicio al acto penitencial, que no es un sacramento en sí mismo, pero nos dispone interiormente a celebrar con pureza y verdad los santos misterios.

1. Un corazón contrito y humilde

Reconocemos delante de Dios y de nuestros hermanos que hemos pecado, y con humildad, imploramos su misericordia. No se trata de una culpa paralizante, sino de una confianza esperanzada en el amor que perdona.

“Ten piedad de mí, oh Dios, según tu misericordia; según la muchedumbre de tus piedades borra mis rebeliones”
(Salmo 51,3)

“El que se humilla será enaltecido”
(Lucas 18,14)

2. Tres formas de expresar la súplica

El acto penitencial puede expresarse de diferentes maneras:

  • Con el “Yo confieso” (Confiteor), donde nos reconocemos personalmente pecadores.
  • Con breves invocaciones y oraciones del sacerdote y la asamblea.
  • Con el “Señor, ten piedad” (Kyrie eleison), un clamor de todo el corazón que une nuestra voz a la de la Iglesia universal.

Estas oraciones no sustituyen al sacramento de la reconciliación, pero preparan el alma para escuchar la Palabra y recibir la Eucaristía.

3. Dios perdona, purifica y renueva

El sacerdote concluye el rito con una fórmula de absolución no sacramental, pero significativa: “Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.”
Con esta oración, confiamos en que Dios ya está obrando en nuestros corazones.

“Lávame, y seré más blanco que la nieve”
(Salmo 51,9)

Pensamiento del día

El acto penitencial no es solo un “requisito”;
es una puerta de humildad y esperanza
que abre el corazón para recibir la gracia.

Compromiso del día

Antes de cada Misa, haz un breve examen de conciencia.
Vive el acto penitencial con sinceridad y confianza, y si es necesario, haz planes para confesarte pronto.
Pide al Espíritu Santo la gracia de reconocerte como pecador amado y llamado a la conversión.

Oración final

Señor, me presento ante ti tal como soy: con mis debilidades, caídas y luchas.
Ten misericordia de mí. Purifica mi corazón, renueva mi espíritu,
y haz que celebre tu Eucaristía con alma limpia y agradecida.
Que nunca me canse de volver a ti. Amén.

Frase para meditar

“El que se acusa a sí mismo se excusa ante Dios. Cuanto más se conoce uno pecador, más se acerca al corazón de Cristo.”
San Agustín

Para profundizar hoy

Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 1434–1435 y 1457

Sobre el valor del arrepentimiento cotidiano, el acto penitencial en la liturgia, y la necesidad del sacramento de la confesión.

La Imitación de Cristo, Libro III, cap. VIII

“No hay paz en el corazón hasta que uno no se reconoce en verdad. Mejor es confesarse con dolor ahora, que cargar con el peso del alma sin humildad.”


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