¡Ánimo! Cristo Camina con Nosotros .

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El pueblo que caminaba en tinieblas, vio una gran luz, Sobre los que vivían en tierra de sombras, un luz resplandeció. Is 9,1

Miércoles después de la Epifanía del Señor

Tiempo de Navidad – San Severino

Primera Lectura: 1 Juan 4, 11-18
Salmo: 71 (Que te adoren, Señor, todos los pueblos)
Evangelio: Marcos 6, 45-52

"La presencia de Dios en medio de las tormentas"

Hoy, en este Miércoles después de la Epifanía, la Palabra de Dios nos invita a reflexionar sobre el amor perfecto que viene de Dios y su presencia constante, incluso en medio de nuestras tormentas.

En la primera carta de San Juan, se nos recuerda que si Dios nos ha amado tanto, nosotros también debemos amarnos unos a otros. Este amor no es solo un sentimiento, sino una acción concreta que refleja la presencia de Dios en nuestras vidas. Cuando amamos, Dios permanece en nosotros, y su amor se hace perfecto en nuestro corazón. Este mensaje es especialmente pertinente en este Año Jubilar 2025, en el que somos llamados a ser "Peregrinos de Esperanza".

El Evangelio de San Marcos nos presenta a los discípulos en una barca, enfrentando el viento y las olas. En medio de esta situación, Jesús se acerca a ellos caminando sobre el agua y les dice: "¡Ánimo! Soy yo, no teman". Este relato nos recuerda que, aunque enfrentemos dificultades, Cristo siempre está con nosotros. Su presencia transforma nuestras tormentas en oportunidades de fe y confianza.

Vivir el Jubileo como Peregrinos de Esperanza

En este nuevo año jubilar, estamos llamados a redescubrir la esperanza que brota del amor de Dios. Este Jubileo nos invita a:

1. Reconocer la presencia de Dios en nuestras vidas: Así como los discípulos vieron a Jesús en medio de la tormenta, estamos llamados a identificar la mano de Dios en nuestras dificultades diarias.

2. Ser testigos del amor: El amor perfecto de Dios no solo nos llena, sino que nos impulsa a amar a los demás. Este año jubilar es una oportunidad para practicar obras de misericordia y ser instrumentos de reconciliación en nuestras familias, comunidades y el mundo.

3. Vivir como peregrinos: El Jubileo nos recuerda que nuestra vida es un camino hacia la plenitud en Cristo. Como peregrinos de esperanza, debemos caminar con corazones abiertos, confiando en la promesa de salvación y llevando luz a quienes nos rodean.

Aplicando la Palabra a nuestra vida

• Pensamiento: Reflexionemos sobre cómo el amor de Dios nos sostiene en nuestras dificultades. Recordemos que su presencia nos da fuerza y paz.

• Sentimiento: Cultivemos un corazón lleno de confianza y esperanza. Aunque las tormentas de la vida puedan parecer abrumadoras, sabemos que Jesús camina con nosotros.

• Acción: Este año, comprometámonos a ser signos vivos del amor de Dios. Participemos activamente en nuestra comunidad parroquial, ayudemos a quienes están en necesidad y fortalezcamos nuestros lazos familiares.

Oración Final

Señor Jesucristo, tú que caminaste sobre las aguas y trajiste calma a las tormentas, te pedimos que llenes nuestros corazones de tu amor perfecto. Ayúdanos a vivir este Año Jubilar como verdaderos peregrinos de esperanza, llevando tu luz a un mundo que tanto lo necesita. Que nuestra fe crezca y que nuestras acciones reflejen tu presencia viva en nosotros. Amén.

San Severino, ruega por nosotros.

Gloria a ti, Cristo Jesús, que has sido proclamado a las naciones. Gloria a ti , Cristo Jesús, que has sido anunciado al mundo. 1Tim 3,16.

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